domingo, 24 de enero de 2010

¿QUÈ ES CULTURA? (II)



¿Qué implica cuando hablamos de cultura?
Me parece un ejercicio útil reconocer las creencias de la gente de la calle –o sentidos comunes- sobre lo que significa cultura. Para esto les pedí a mis alumnos que realizaran una encuesta entre amigos y parientes sobre que entendían ellos por cultura, les pedí que averiguaran que es lo que se le ocurre a sus encuestados cuando escuchan esta palabra, con qué la asocian. Un resultado fue el siguiente listado

“Es el nivel educativo de cada persona” (Mujer, 35 años)

“Es algo bonito que lamentablemente el Perú no lo sabe aprovechar” (Mujer, 20 años)

“Cultura, si te refieres a un pueblo, pueden ser sus costumbres, modas, enseñanzas etc., eso abarca la cultura de ese pueblo” (Joven, 19 años)

Cultura como alguien educado… su extremo opuesto sería algo así como la “cultura combi”, la trasgresión de las normas como un estilo de vida. Algo bonito… ¿dijeron Machu Picchu? Eso que se debe mirar con los ojos abiertos de admiración, yo lo asocio con esa expresión utilizada por un ex dueño de un canal de televisión: “lo culturoso”, la cultura de figurita de álbum o la cultura como un servicio cultural obligatorio. Cultura como las tradiciones y costumbres de un pueblo hace referencia a la dimensión colectiva de la cultura.

Bueno pues, estos sentidos comunes casi traducen de manera lineal lo que ha sido la evolución de la noción de cultura en el tiempo. De cultivo del espíritu, asociado en algún momento a los que tenían tiempo libre para ser cultos; luego abarca una dimensión social y se relaciona con la cultura de un pueblo y sus productos materiales o patrimonio. Destaco dos ideas que me parece importante analizar: la idea de cultura como privilegio de una élite culta y la idea de cultura como los productos trascendentes de un pueblo. ¿Algún problema con estos sentidos comunes? ¿No es acaso algo importante que una persona sea letrada=culta? ¿Sería algo equivocado valorar los productos que, como herencia cultural, son motivo de orgullo? Don Mario Vargas Llosa en su “Breve discurso sobre la cultura” expresa que: “Los sociólogos empeñados en hacer crítica literaria (han incorporado) a la idea de cultura como parte integral de ella, a la incultura, disfrazada con el nombre de cultura popular” (Granada, junio, 2009)…, la cultura popular ¿qué es? ¿la cultura de los nuevos bárbaros? …

"Distinciones jerárquicas basadas en estereotipos y simplificaciones permanecen desde las prácticas de museos, galerías, universidades, Estado, prensa”. Exposición Grandes Maestros del Arte Peruano, 2008.

Usualmente el rótulo "Grandes Maestros del Arte Peruano" no abarca a los artistas populares, ¡qué va!, ellos son inferiores y subalternos, y por supuesto, es natural que sean minimizados sino invisiblizados en el Museo de Arte.

Sucede que detrás de las categorías de valor culto/inculto esta la persistencia del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia en nuestras sociedades.
Una noción de cultura que solo incluye al mundo de lo letrado y las bellas artes o al patrimonio como una noción historicista, manifiesta una visión reduccionista y excluyente. Oigan, y esto no es un tema meramente de disquisiciones académicas o teóricas; si la Comisión de la Verdad evidencio de una manera irrefutable que: “el 75% de los muertos fueron quechuahablantes”, es porque al diferente -desde el mundo letrado limeño- se lo categoriza como inferior, y, como consecuencia, se favorece su deshumanización: al bárbaro e inculto se lo puede exterminar sin remordimientos y en medio de la general indiferencia de los civilizados. Nada extraño si recordamos que: “desde sus inicios la República peruana se construyó sobre un conjunto de exclusiones, económicas, sociales y culturales” (Nelson Manrique). La visiòn reduccionista de la cultura no viene a ser más que una manifestación del prejuicio racial perpetuándose a lo largo del tiempo.

En un texto anterior preguntaba ¿cómo ponernos de acuerdo en cuál debe ser la acción del Estado en la cultura si no nos ponemos de acuerdo sobre qué entendemos por “cultura”?. Agregaría ¿cómo poder establecer políticas culturales democráticas sino compartimos una noción de cultura inclusiva de la diversidad?...

La UNESCO (2001) nos provee de la siguiente definición de cultura:

“La cultura debe ser considerada como el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social.
Además de las artes y las letras, la cultura abarca:
Los modos de vida
Las maneras de vivir juntos
Los sistemas de valores
Las tradiciones y las creencias”.

Está bien clarito ¿no es así?, dice: “además de las artes y letras”… porsiacaso, esta noción de cultura está en un documento firmado por ¡131 países!

Guillermo Cortés nos recuerda en su artículo “Tan cerca y tan lejos, los vaivenes de las políticas culturales” (2006) que: “en la Conferencia Intergubernamental sobre las Políticas Culturales en África, en Accra, Ghana (1975), se avanzo considerablemente en la noción de cultura, al darle un sentido más allá de las bellas artes y el patrimonio”. Si pues, hay un camino recorrido en el cual los derechos culturales cobran actualmente la debida relevancia.

La noción citada, que nos habla de los cuatro rasgos distintivos, traduce el principio de “Igual dignidad y respeto de todas las culturas” (Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, 2005).

¡Oiga Don Mario Vargas Llosa! (y todos los que piensan como Ud.), ¿tan difícil es descentrarse y ser flexible? (supuestamente característica de una persona creativa). ¿Se da(n) cuenta? ¡¡¡D I F E R E N T E S P E R O I G U A L E S!!!

La noción de cultura de la UNESCO refleja el relativismo cultural, esto significa que: la comprensión de las expresiones artísticas y culturales implica situarlas dentro de su sistema cultural. Este tema tendrá su propio desarrollo en una siguiente entrega.

En otra siguiente entrega, tambièn, propondré un cuadrito para ejemplificar la noción de cultura de la UNESCO, a ver si con figuritas me dejo entender y, por supuesto, me interesa evidenciar el sesgo etnocentrista –cuasi eugenésico y etnocida- de las visiones reduccionistas de cultura.

Herbert Rodrìguez

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