sábado, 15 de noviembre de 2014

BESTIARIOS, por Jhoni Marina, 2012




Jhoni en los preparativos de la exposición BESTIARIO 1984-1987 | DOCUMENTA (14 al 29 de septiembre. Centro Cultural Ccori Wasi, Avenida Arequipa 5198. Miraflores)










Primer Esquisse del Bestiario, 14 de setiembre de 1984


BESTIARIOS


Grupo de Arquitectura y otros cómputos

Una aproximación a una historia jamás contada.

De la colorida primavera de setiembre del 84 hasta el frío despertar del invierno de julio del 87.

Por Jhoni Marina, 2012.


Arquitectura: Arte-Vida

Formado principalmente por alumnos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma, que compartió con diferentes compañeros de ruta en los  años en que se pudo dar la gesta de estos hijos del delirio y del arte contemporáneo de los ochenta: artistas plásticos, músicos, actores, teatreros, mimos, bailarinas, comediantes, poetas, pintores, escultores, comunicadores, innovadores de la instalación y la controversia, provocadores seres etéreos, creadores de lúdicas formas de expresiones arquitectónicas que fueron efímeras manifestaciones de un grito sordo  y profundo para una sociedad alienada y sometida por los estertores de una guerra sucia y salvaje que vivía el Perú en ese entonces.

La Calle/el mural de Lennon: la génesis de “Los Bestias”

Era noviembre del 83, cuando la amistad surgida en los ambientes de la “Richi”(el arca de Noé), entre Alfredo Márquez (Yuyo) y Jhoni Marina  (Elmick), buscaba una pared para pintar un mural en homenaje al asesinado beatle John Lennon, muerto el 08 de diciembre de 1980. Junto con Sergio Saito y Max Ruiz Conejo, realizan una jornada de trabajo en el hoy famoso mural del “Parque John Lennon”, que en aquel entonces era un gran terral de tierra muerta, ubicado entre los límites de Maranga-San  Miguel y el distrito de La Perla-Callao, un terreno accidentado con una topografía única: 04 ms. aproximadamente de desnivel entre la pista de arriba (San Miguel) y las pistas de las 02 calles que se interceptan en “L” que quedan debajo (La Perla); un balcón domina la perspectiva del  parque y una  gran escalera de cemento de un solo tramo con un descanso exactamente a la mitad nace en el balcón hacia abajo y una extensa pared de 30 ms. de largo por 06 ms. de alto aproximadamente corre adosada a la misma. Era el sitio preciso que andaban buscando para realizar un mural que con el transcurrir de los tiempos, casi 30 años ya, se ha convertido en una obra de arte y lugar de peregrinación y migración de miles de “beatlemaniáticos”, de generaciones de viejos y jóvenes amantes de la música y de la paz, que han desfilado diciembre tras diciembre por este lugar de culto y de congregación multitudinaria.
Nos acompañaron en esa memorable jornada del 83 los amigos del barrio de la Urbanización Arboleda de Maranga, con los que compartimos hasta hoy una amistad a prueba de balas. Ahí  estuvieron Oscar Sánchez (hoy abogado tributario), en aquel entonces un estudiante del cuarto de media de la emblemática Gran Unidad Escolar “Bartolomé Herrera” por cuyas aulas pasaron muchos del barrio como yo, él fue el que trajo un galón de pintura esmalte negro que se había “recurseado”, pues era para pintar las rejas de su casa; y Eduardo “Macano” Arana Reyes colaboró con la pintura base. Entonces, pedimos prestada una escalera y enseguida pusimos manos a la obra, pintamos tres manos de pintura blanca como base del mural, luego los “arquitectos” trazamos la cuadricula en la pared pintada para poder traspasar la imagen tomada del poster de una revista americana “Magazine” que Alfredo había copiado en papel cansón en un formato A3 en el tablero de dibujo de mi casa; seguidamente, él mismo trazó el cambio de escala del papel a la pared utilizando unos carboncillos de pintor; paralelamente, Sergio Saito delineaba las letras del nombre y del epitafio en la parte izquierda de abajo del mural, se necesitarían unos días más para completar el pintado final del célebre claroscuro que prevalece monumental hasta nuestros días. 

“La Richi” / La Universidad de la vida

Los murales de la independencia

Casi paralelamente, en uno de los locales de la Facultad donde estudiábamos, que por entonces estaba ubicado en la calle Independencia en Miraflores que era un gran corralón con aulas a los costados llamado los “gallineros” por los alumnos; Roberto Rubini (el burro), Sandro Passalacqua (el pato), Oscar Huapaya (oscarix), Carlos Inchaustegui (el chato), Javier Bonifaz (el lobo), Gino Falcone (Wirix) y Jhoni Marina (El mick), convocamos a una jornada de pintado de murales en las paredes de este local. Esto lo realizamos a finales de diciembre del 83 y principios de enero del 84, donde se suman muchos compañeros estudiantes a la decoración de las paredes del corredor  con dibujos y pinturas de diversos motivos. Los colores habían llegado a nuestras vidas para no irse ya más. Mientras pintábamos, escuchábamos a “Siniestro Total”, “La Polla Records”, “Silvio Rodriguez”, “Frágil” hacia su aparición con “Av. Larco”, mucho rock en castellano y también clásicos como “The Beatles”, “Rolling Stones”, “Pink Floyd”, “Yes”, etc. Allí estuvieron Rodrigo Travesan (el sueco), Giovanna Martínez (la sueca) Gino Dibello, Andrés Chang (el chino), Frank Leo, Alvaro Grimaldo (Walvarecu), Virginia Velasco (Virhui), Roxana Esparza (Roxi Poxi), entre otros, y algunos de nuestros catedráticos como la Arq. María Burella y el Arq. Iván Machas.
El año había comenzado muy movido, las clases y su rutina continuaron durante ese semestre. Para ese momento, ya nos habíamos mudado del local de la calle Piura en Miraflores y ahora muchas de las clases se realizaban en el local del cruce de la Av. 2 de mayo y la Av. Arequipa donde además funcionaban las oficinas administrativas del Decanato y del Centro de Estudiantes de Arquitectura (CEA). Algo se estaba gestando en los corazones de muchos de aquellos jóvenes que deseaban que pasara algo más en sus vidas y en esas aburridas aulas del claustro de su Facultad.

Un periódico mural incendiario

Alfredo, Max y Jhoni deciden que era el momento de plantear y de elaborar un modo de expresión, tipo periódico mural, y colocarlo en ese local al lado de los que ya existían allí. Camino a la casa de Alfredo (quien vivía en Lince), encontramos una caja grande, doblada y tirada en la calle (hoy sería casi imposible encontrarla por el trabajo de los recicladores), estaba limpia y era de un formato como de una refrigeradora; ya en la casa de Alfredo comenzamos a elaborar un periódico mural atípico: con recortes de titulares de periódicos empezamos armar un collage de noticias muy provocadoras, que tenían que ver con la guerra, con la paz,  también algo de poesía, letras de canciones, con un estilo muy peculiar y especial, con imágenes y fotos de los mismos diarios, sin ningún orden establecido, salvo el orden que a nosotros nos parecía debía tener para poder expresar una idea en particular, con mucho humor e ironía, que sería una de las características del grupo desde entonces y para siempre. Cuando creímos que era suficiente el rollo y las ideas que queríamos poner en el tapete de la discusión universitaria, lo llevamos y lo colocamos en el segundo espacio del primer piso, pasando el hall de ingreso antes del patio principal del local de 2 de mayo, y esperamos la reacción que queríamos provocar entre nuestros compañeros, pero sobre todo en nuestras autoridades. El bendito periódico mural solo tuvo un día de vida en las instalaciones de nuestra Facultad, causó tal revuelo entre los estudiantes por lo informal, por el formato, por lo controversial, por el humor y la ironía, por el material utilizado, por lo agresivo que era para muchos, los “chicos bien”, pero sobre todo gran fastidio entre nuestros  catedráticos y autoridades.
Al día siguiente, cuando llegamos al local en la mañana, nos dimos con la ingrata sorpresa de que nuestro periódico mural no estaba más, lo habían quemado, y los restos incinerados estaban en el jardín del patio principal frente al C.E.A. Inmediatamente, armamos el “bolondrón” en la Facultad, los compañeros y amigos se solidarizaban con nosotros, los dirigentes estudiantiles también, algunos profesores no lo podían creer; Max fue a hablar con el Decano para pedir explicaciones y él negó en todos los idiomas alguna participación en los hechos incendiarios de la noche anterior. Lo que pretendía ser un periódico mural incendiario acabó siendo incendiado por manos represoras en nuestra propia casa de estudios.

Contextual ismo histórico de una generación 

El Perú llevaba 04 años de guerra interna declarada por el PCP Sendero Luminoso al estado y a la sociedad peruana desde mayo de 1980 desde Chusqui (Ayacucho), los cada vez más atroces y fuertes atentados terroristas, tanto en el interior del país como en Lima, había  desatado una respuesta represora de parte del gobierno, con asesinatos y desapariciones clandestinas en diferentes partes de la sierra, poniendo a la población civil en medio de una guerra civil no deseada por nadie.
La posición de la mayoría de la población era de rechazo a las ideas totalitarias, absurdas y trasnochadas del terrorismo insano e irracional que veníamos sufriendo en esos años, se había convertido en algo natural y normal no contar con luz muchas de nuestras noches en Lima-la capital, pero a la vez la represión policial y del ejercito en las zonas denominadas “rojas” por su alto grado de confrontación y de presencia subversiva,  estaba convirtiendo al Perú en un país desangrado por donde se le mirara.
Los jóvenes de ese entonces vivíamos una realidad de violencia día a día, la universidad no era un lugar de encuentro y discusión, muchos de nuestros compañeros y profesores eran gente que vivían de espaldas a esa realidad, parecía que nos les importaba hacia donde iba nuestro futuro inmediato, y esa desidia y falta de comunicación entre nosotros creó un ambiente propicio para que la contracultura  callejera que se estaba gestando en Lima primeramente pasara a manifestarse de manera radical y cruda en los ambientes de nuestra facultad, donde se estudiaba las diferentes corrientes artísticas del mundo y también del arte peruano, en esas corrientes también podíamos ver las tendencias  arquitectónicas en las cuales se desarrollaba el mundo de los arquitectos y de la arquitectura en general.
Lima era un barullo en aquel entonces, muchas voces querían decir muchas cosas y no había lugar para poder expresar lo que estaba aconteciendo en los corazones y en la mente de muchos jóvenes artistas, éramos una generación en medio de la guerra, hijos de la era posthipimismo, pacifistas desamparados por el fragor de algo que nos desbordaba, pero que también queríamos dar nuestras propias batallas.
El rock subterráneo empezaba a aparecer en Lima, ya “Leuzemia” tenía algunas presentaciones encima,  el grupo de poesía “Kloaka” realizaban recitales, “Huayco” el grupo de arte ya habían acontecido, “Yuyachkani” empezaba su periplo, “El Polen” grupo de folkrock volvía a juntarse, los amigos de los amigos nos empezamos a conocer entre todos, queríamos dar un grito de alerta, algo terrible nos estaba pasando, nuestra sociedad estaba enferma, teníamos que hacer algo para que oyeran nuestra voz. Y encima querían silenciarnos en nuestra propia casa de estudios, teníamos que dar el siguiente paso.


La respuesta/ un muestrario cultural

Después de tremendo escándalo la gentita se empezó a reunir en una banca de concreto enchapada con mosaicos españoles en el patio principal de la casona de Arequipa y Dos de mayo, algo se iba gestando queríamos hacer algo que sacara del cuadro a las autoridades y también que motivara a nuestros compañeros a salir del letargo en el cual venían viviendo. Hasta que a alguien se le ocurrió hacer un evento con música protesta, traer gente de teatro, y también intervenir espacialmente con diferentes elementos la facultad, exponer trabajos, hacer algo que nunca nadie había hecho hasta ese momento, pusimos fecha y empezamos los preparativos para nuestra primera muestra, que poco a poco se fue convirtiendo en algo  diferente, le pusimos nombre y se diseño el afiche, se contrato el equipo, se invito a los artistas, y empezamos a intervenir de un solo porrazo toda las instalaciones posibles de el local principal de nuestra facultad, empezamos muy tempranito, con la sala de ingreso, luego los demás espacios empezaron a ser tomados por una vorágine de gente deseosa de meter la mano y dejar su huella por y para siempre, se iban suspendiendo las clases paulatinamente en cada salón, en algunos salones algunos profesores no se quisieron plegar a la movida, pero no importaba, igual entramos y empezamos la función de teatro del grupo “El Sol” con la obra “El beso de la mujer araña”, afuera se iba construyendo a falta de tabladillo un escenario con las carpetas y los tableros malogrados que también nos habíamos apoderado y que servían en ese momento para fabricar a toda prisa lo que necesitábamos para el concierto de cierre en la noche, llego Herbert Rodríguez y se puso a pintar carteles y a colocar algunos que ya  había traído hechos, y ahí si fue la locura, entramos en una vorágine de querer meterle color a todo lo que se nos cruzara en el camino, colocamos papeles periodicos en las paredes de algunos espacios de transición o lugares de paso del local, y colocamos pinceles y pintura para que la gente pusiera todo lo que quería expresar en ese momento, el slogan era “Convierte en artista la bestia que llevas dentro”, colocamos un wáter malogrado en la sala principal de entrada al local con cañerías simuladas, hicimos unos mojones de papel y los pintamos color caca y pusimos un cartel dentro que decía “que mierda miras”, alrededor se exponía trabajos enmarcados en periódicos murales y vitrinas de nuestro decano y de algunos profesores-arquitectos, el local ya era nuestro, el día llegaba a su fin y la noche nos cobijaba presto con un concierto inolvidable por lo matizado y novedoso de la propuesta musical, habría: canción protesta, fusión rockandino, rockanndroll, punk, y progresivo.



El Primer “Esquisse del Bestiario”/ 14 de setiembre de 1984
Los personajes
CEA :
Alfredo Mujica
Jorge Tapullima
Fabio Catasus
Liliana Miranda 
Carlos Lozada
Jaime Gonzales  
Rudy Bahamonde
Techi Pool
Carlos Cornejo
Ricardo Ugarte
Norma Noriega
Liliana Miranda

El Decano y su gente:
Arq José Ortecho
Arq Gastelumendi
Tito Bavestrello
MariaBurella
Ivan Machas
Patty Abugatas
Roberto Chang
Juvenal Baracco
Oscar fernandez
Wiley Ludeña
Max


Los participantes:
Gino Falcone
Oscar Huapaya
Carlos Montoya
Enrique Wong
Raúl Ortega
Max Conejo
Alfredo Márquez
Sandro Pasalacqua
Javier Bonifaz diseño afiche
Roberto Rubini
Carlos Inchaustegui
Alex Angeles
Carlos Gervasi
Aldo Zollezzi
Pilar León
Paco Del Solar
Virginia Velasco
Roxana Esparza
Giovanna Martínez
Claudia Fernández
Mónica Gross 
Mani Hinojosa
Susana Echecopar
Jean Pierre Crousse
Juan Carlos Doblado
Juan Malo
Sergio Brignetti
Alvaro Grimaldo
Cesar Franco
Aldo Fierro
Eduardo Sikora
Pepe Moretti
Pepelucho Garcia
Carlos Prado
Carlos Cornejo
Pancho Campodonico
Ricardo Escalante
Manuel Tueros
Jesús Peá Pedro Chavez
Omar Gonzales
Pablo Gongora
Mauel Gallurp
Miguel Angel 
Ulises Quiroz
Cesar Cornejo
Martha
Karina de Pawlikowski
Milagros Escaffi
Martha cacho Souza
Michelle Beltran
Patty Sanchez
Patty Asca
Angela Otero
Luz Marina Martz
Clara Petrozzi
Connie Izquierdo
Claudia Cancino
Milka Socco
Rocio Locqued
Sandra Papas
Mariella Belli
Mariela Huertas
Yole Tagliaube
Patty León
Lorena Baracco
Jhoni Marina
Ricardo Flores
Gabriel desulovich
Carlos Garrido
Enrique Bonilla
Javier Artadi


Invitados de siempre:

Juanita Marina
Herbert Rodriguez
Jordy Valderrama
Julio Montero
Carlos Troncoso
Harry Orsos

Invitados por eventos.

Músicos: 

Raúl Pereyra y el Polen
Leuzemia
Ronald Acosta y Jhoni Marina “ Postnubila”
Martha y Cesar Cornejo y un grupo de estudiantes de la FAU
La banda de Lobito
Daniel F
Raúl Montañez
Kimba Vilis
El bate
Del pueblo del barrio
Narcosis
Anexo 3
Registro Industrial
Voz propia









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