Victor Vich, panelista del Foro "Cultura, Desarrollo y Gobierno" (organizado por la UCSUR, auditorio de la A.N.R., 26 de agosto del 2010) en diálogo con Susana Villarán.
La cultura en las elecciones municipales.
Por Víctor Vich
Por Víctor Vich
En gesto inédito y de una importancia mayor, la Universidad Científica del Sur convocó ayer a los principales candidatos municipales a que expusieran sus ideas relativas a la implementación de políticas culturales capaces de contribuir al mejor desarrollo de la ciudad. Se trató de una iniciativa que merece destacarse pues es la primera vez que los políticos tocan el tema de la cultura de una manera exclusiva y, sin duda, ello generará un precedente para futuras contiendas electorales. Más allá de las improvisaciones, la falta de conocimiento en estos temas y del desorden en las ideas propuestas, lo cierto es que ahora que se creará un Ministerio de Cultura y que se avecina una nueva campaña presidencial, este nuevo tema ha sido ya puesto sobre la mesa y esperemos que los próximos candidatos lleguen con mejores ideas y propuestas.
La necesidad de construir una ciudadanía más inclusiva fue un punto central del debate y por ahí comenzaron a surgir temas relativos al combate frente al machismo, la homofobia y las prácticas racistas que todavía estructuran buena parte de la vida peruana. Aunque no se escucharon sólidas propuestas al respecto, lo cierto es que comenzaron a barajarse algunas alternativas. Susana Villarán, por ejemplo, propuso construir corredores más dinámicos de circulación cultural entre los distintos distritos de la capital y Lourdes Flores se esforzó por integrar en su plan a las prácticas populares más allá de los gustos de las élites. Ambas se comprometieron a retomar la importante experiencia de los “Munilibros” que Alfonso Barrantes implementara en la década del ochenta. Ojalá cumplan dicha promesa. Fernando Andrade y Huberto Lay no tuvieron mucho que decir y Fernán Altuve optó por no presentarse al debate, dejando plantada a la ciudadanía que se quedó sin escuchar las propuestas de su partido en el ámbito cultural. A pesar de que los organizadores realizaron muchos esfuerzos para contar con su presencia, a último minuto Altuve decidió que habían cosas más importantes que hablar sobre la cultura.
Pero no fue solo dicha anécdota la que trajo un mal sabor a este debate electoral. Cuando a las tres de la tarde llegamos a la Asamblea Nacional de Rectores, los organizadores nos contaron que habían recibido una llamada del PPC (el Partido Popular Cristiano que lidera Lourdes Flores) en la que vetaban la presencia del periodista Pedro Salinas y la mía propia. A Salinas, increíble e injustamente, lo vetaron por haber hecho públicas, hace poco, sus preferencias electorales y a mí no sé por qué razón, pero intuyo que se debió a que hace algunos años escribí un artículo cuestionando la decisión de Lourdes Flores de aceptar volverse una empleada en una de las empresas de Raúl Diez Canseco justo en el momento en que éste se encontraba metido en un escándalo que todos conocemos. En todo caso, y como ayer pudo comprobarse, a los políticos tradicionales no les gusta el pensamiento crítico y no conciben los debates electorales como reuniones fértiles para adquirir nuevas ideas y reformular las suyas propias. A ellos solo les gusta, las sonrisita fácil, el aplauso barato y las cámaras por todos lados. Los medios de comunicación deberían ser más firmes al respecto. Por eso –y por muchas cosas más- es que hoy tenemos que votar por una persona nueva, por una agrupación distinta, y dejar atrás a esos partidos llenos de telarañas, engreimientos inaceptables y prácticas autoritarias que impiden la realización de un abierto y sano debate electoral.
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