sábado, 23 de enero de 2010

En torno al frustrado proceso del "Impulso a las polìticas culturales"

Alfons Martinell

En enero del 2008 "el director general de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), Alfons Martinell, firmó un acuerdo por el cual otorga una subvención de un millón de euros al Instituto Nacional de Cultura (INC)".
Perù 21, 24/01/08


OPINIÒN

Estamos casi a dos años desde que en enero de 2008 se conoció la noticia de la subvención de la cooperación española al INC por un millón de euros (entrevista a Alfons Martinell en Perú 21 y El Comercio). Era el Proyecto AECID-INC Perú: Cultura y Desarrollo, uno de cuyos resultados debía ser la “elaboración de una propuesta de políticas culturales para el país”.
En marzo de 2008 se convocó al sector de la cultura para conformar ocho grupos de trabajo (los grupos “Impulso a las políticas culturales”) quienes, luego de meses de jornadas de trabajo –que incluyeron dos plenarias– presentaron sus aportes en el Primer Congreso Nacional de Políticas Culturales (diciembre de 2009). A la fecha, la ausencia de comunicación de los resultados de este proceso participativo motiva un legítimo malestar, además de una seria preocupación sobre el destino del trabajo realizado.
El INC, representada por su directora la Dra. Cecilia Bákula, tiene la obligación de explicar cómo es que se acoge un proyecto con un financiamiento de medio millón de euros, se lo difunde, se convoca al sector de la cultura que desarrolla jornadas de trabajo con productos, y luego ¿no pasa nada? Como todos sabemos, recientemente Alan García firmó y presentó al Congreso el proyecto de Ley que crea el Ministerio de Cultura (31 de octubre de 2009) ¿Para qué tanto esfuerzo desplegado si lo producido previamente no va a ser considerado o llega tarde? ¿Hemos sido el sector de la cultura, una vez más, instrumentalizados y manipulados? Recordemos la improvisación evidenciada en el primer gobierno de Alan García: antes que fortalecer la institucionalidad se derivó recursos a fórmulas caudillistas como la SICLA (Semana de Integración Cultural latinoamericana).
Se nos informa que “es la AECID quien debe entregar los resultados” y que el nuevo director del CCE-Lima, Sr. Juan Sánchez, coordinará la agenda de esta presentación con la Dra. Cecilia Bákula para hacer la entrega oficial del Proyecto Impulso, señalando como “fecha probable el mes de marzo de 2010”. Parece broma. Es al INC al que le corresponde ser proactivo, oportuno y eficiente ¿Pedimos demasiado?
El proyecto de ministerio debe acoger e implementar las propuestas producidas por el sector de la cultura, el Estado no solo debe rendir cuentas de lo avanzado en Cultura y Desarrollo, sino asegurar su continuidad.

Resultado de las jornadas finales de sistematización de los aportes del proceso Impulso-Congreso (abril-mayo de 2009) es el siguiente listado de propuestas de “ACCIONES PRINCIPALES EN EL CORTO PLAZO”:

Por parte del Gobierno Central y Actores políticos:
Discutir y aprobar una nueva Ley de Cultura (Congreso).
Crear un fondo nacional e incentivos tributarios para la conservación del patrimonio cultural y fomentar la excelencia en los productores de cultura (Congreso).
Crear la institucionalidad adecuada (Ministerio u otros) para la gestión de las políticas culturales (Poder Ejecutivo).
Supervisar el cumplimiento de los Derechos Culturales, en coordinación con las organizaciones de la sociedad civil especializadas en ello (Defensoría del Pueblo).
Poner La Cultura e Identidad como uno de los Puntos del Acuerdo Nacional sobre las Políticas de largo plazo del Perú (Acuerdo Nacional).

Por parte de los Gobiernos Regionales y Locales:
Revisar la legislación vigente en materia cultural y asegurar que la respeten.
Dedicar el … % de su presupuesto a proyectos e incentivos para la realización de los derechos culturales.
Fortalecer sus capacidades organizacionales e institucionalidad de apoyo a la cultura.
Convocar en los procesos de planificación y presupuesto participativos a los grupos culturales de su localidad.
Capacitar a su personal técnico en gestión cultural.

Por parte de los Empresarios y gremios empresariales:
Conocer la agenda y participar en el debate sobre las políticas culturales.
Suscribir el enfoque de la cultura como derecho humano básico y universal.
Respetar los convenios internacionales, en particular el Convenio 169 de la OIT.
Invertir en la cultura con enfoque de derechos e interculturalidad.

Por parte de los Líderes de Opinión y Universidades:
Apoyar a visibilizar los temas vinculados a los derechos culturales.
Asumir una activa campaña contra el racismo y la discriminación en cualquiera de sus manifestaciones, en favor de un debate amplio hacia la concertación de las políticas culturales.
Priorizar investigaciones y producción de conocimiento, así como propuestas sobre temas/procesos interculturales.

Por parte de los Trabajadores de la cultura:
Generar espacio de debate sobre las prioridades de las políticas culturales.
Impulsar campañas de incidencia ante gobiernos locales, regionales y a nivel nacional, por la agenda del impulso a la cultura y por el relanzamiento de las políticas culturales.
Generar y concertar propuestas concretas y proyectos sólidos para alcanzar a las empresas, a los gobiernos locales/regionales y a los espacios participativos.
Organizar e implementar un gran esfuerzo para llevar la agenda compartida, incluyendo la trayectoria acumulada y el aporte de experiencias previas, al debate público amplio.
Desarrollar materiales y propuestas creativas en la difusión y desarrollo de capacidades para la organización de la sociedad civil en torno a los derechos culturales, y en el desarrollo de capacidades para la gestión cultural en gobiernos locales y regionales.

Por parte de las Organizaciones sociales:
Conocer, difundir y participar en la elaboración y debate de la agenda cultural.
Comprometerse y participar activamente en la campaña por los derechos culturales y el respeto y revaloración de la diversidad.
Promover y apoyar el desarrollo de iniciativas de producción y disfrute cultural entre sus integrantes

Recoger aportes que son producto de un serio trabajo de sistematización desde los propios actores de la cultura es un requisito previo indispensable si se desea que la institucionalidad sea legítima y representativa.

Herbert Rodríguez
19 de noviembre de 2009

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