miércoles, 1 de junio de 2011

CARTA DE RENUNCIA DE MVLL AL COMERCIO Y COMENTARIO DE A. ÁLVAREz RODRICH

Carta (31 de mayo de 2011) enviada por Mario Vargas Llosa al Director del Diario El Comercio, en la que le comunica su renuncia a seguir publicando su columna "Piedra de Toque".


Resumo algo de lo que Mario Vargas Llosa dice en la carta (fechada 31 de mayo de 2011) que envía al Director del Diario El Comercio, en la que le comunica su renuncia a seguir publicando su columna "Piedra de Toque"

El Comercio se ha convertido en una máquina propagandística que: viola a diario las más elementales nociones de la objetividad y de la ética periodística / silencia y manipula la información / deforma los hechos / abre sus páginas a las mentiras y calumnias / despide o intimida a los periodistas independientes / recurre a las insidias y golpes bajos.

Responsabiliza de estos “niveles de abyección” a la señora Martha Meier Miró Quesada y sus cómplices.




Toque de piedra

Por Augusto Álvarez Rodrich

La República, 01/06/2011

ENLACE AL ARTÍCULO:
http://www.larepublica.pe/01-06-2011/toque-de-piedra


La renuncia de Mario Vargas Llosa a El Comercio.

Por más fuerte y doloroso que sea el mazazo –y, sin duda, lo es–, si los directivos del grupo El Comercio leyeran con cabeza fría e inteligencia la carta enviada por Mario Vargas Llosa para informarles del retiro de su columna Piedra de Toque, podrían darse cuenta del error que los ha llevado a tocar fondo en cuanto a valores fundamentales del periodismo y que, por tanto, es tiempo de parar la degradación ética a la que han metido a algunos de sus medios.
“No puedo permitir que mi columna ‘Piedra de Toque’ siga apareciendo en esa caricatura de lo que debe ser un órgano de expresión genuinamente libre, pluralista y democrático”, concluye Vargas Llosa. Se podría discrepar de los términos –yo no– pero no hay duda de que el Nobel tiene razón en el fondo.
El Comercio ha dejado de ser, para decir lo menos, independiente y veraz, y ha arrastrado en su descalabro moral a otros medios del grupo como –debo decirlo con mucha tristeza– Perú.21, diario del que fui su primer director y del cual me marché en noviembre de 2008 –cuando me botaron por querer cumplir cabalmente los principios rectores que supuestamente rigen a sus medios–, con la expectativa de que fuera un gran diario. En los últimos tiempos, sin embargo, ha caminado en sentido inverso, lo cual es una gran pena pues, aparentemente, no tenía por qué ser así, y la prueba está en la manera como se conducen otros medios del grupo como Gestión o Trome.
Un diario es lo que un director quiere que este sea. Y lo que está ocurriendo en El Comercio es la combinación de un director ausente, que firma comunicados pidiendo que se retire del costado de su nombre el del diario que supuestamente dirige, olvidando que es imposible desligar la opinión del director con la del periódico que debe liderar, y que, en la práctica, está conducido por una zarina picapleitos que actúa con la prepotencia y altanería que le puede dar un poco dinero en el bolsillo y nada de sentido común, y que se parece, curiosamente, a la prepotencia de algunos fujimoristas a los que defiende a costa de hundir la reputación del medio en el que trabaja.
Un medio puede optar por un candidato y recomendárselo a su audiencia. Pero cuando esto se hace a costa de renunciar a la verdad –el valor supremo de un periodista– y se convierte en panfleto propagandístico de un postulante, malogra su propio prestigio y puede, también, hasta perjudicar a su candidato elegido. Es probable que Ollanta Humala les deba mucho a los medios que han querido bajárselo con malas artes.
Cuando en el periodismo se confunden los valores periodísticos con los que están en la bolsa de valores, se termina contradiciendo en la praxis diaria los principios de un periodismo decente y ético y demoliendo su propio prestigio, que es lo que ya se conoce en el país y que pronto se extenderá al extranjero por la carta rigurosamente principista de Mario Vargas Llosa.





Hildebrandt en sus trece
Viernes 3 de junio de 2011


Carta responso
Escribe César Hildebrandt


La carta de renuncia irrevocable de Mario Vargas Llosa dirigida a El Comercio ya es parte de la historia.

Para quien, como el que escribe, ha librado una batalla solitaria en contra de este mito de la libertad de expresión, resulta de un extraodinario valor que, por fin millones de peruanos y nuestro más importante escritor se enteren, de la manera más nítida, qué es El Comercio, a quiénes sirve, de qué cosa es capaz, a qué intereses subalternos obedece, qué hipocresías lo decoran y qué verdades no puede tolerar.

Cuando difundí la miseria de sus juicios, la conducta depredadora de algunos de sus más encumbrados accionistas -que le robaban a la empresa recibiendo dinero negro de proveedores extranjeros y cuyos delitos fueron declarados prescritos por una fiscal fujimorista -, tuve que soportar las más inmundas represalias de sus sicarios letrados. Una Unidad de Investigación dirigida por un infame y operada por un sinvergüenza intentaron ligarme hasta con el narcotráfico, mientras un libelo, que retrató a su autor mejor que nunca, trató sin éxito, de desprestigiarme.

Qué bien que ahora, de rey a paje, se sepa que El Comercio no es sino un conglomerado de codicias, un nombre histórico que el dinero ha corrompido y que puede albergar a inmundicias como el actual Perú.21 o programas como el de Jaime Bayly.

Vargas Llosa ha leído el responso del diario que fundó un chileno, recompró un ilustre panameño y terminó de joder un puñado de peruanos.

César Hildebrandt
Hildebrandt en sus trece
Viernes 3 de junio de 2011




PAPEL HIGIÉNICO EL COMERCIO, EL DIARIO DE LA ELITE



El papel de la elite

Por Antonio Zapata

http://www.larepublica.pe/25-05-2011/el-papel-de-la-elite

He escuchado con atención los argumentos de personas inteligentes y bien educadas que piensan votar por Keiko Fujimori. Vengo tratando de entender su punto de vista e integrarlo a una visión sobre la elite peruana. Porque, efectivamente, son parte de ella y expresan a sus sectores pensantes, cuya responsabilidad es orientar a los conductores políticos. A la luz de su razonamiento, parecen haber abdicado de sus funciones y se han dedicado a racionalizar intereses y excitar patologías.
El primer argumento que emplean es económico. Escucho que Keiko es garantía de continuidad de un modelo de crecimiento que viene rindiendo buenos resultados. Pero ellos mismos saben que el modelo no significa éxitos para todos. Si así fuera, Humala habría descendido su votación del 2006, y más bien la ha acrecentado. Medio país quiere cambios y la elite carece de disposición al menor sacrificio. Con ello, se expone a un elevado conflicto social, además de tensión política. En suma, por evitar el cambio se exponen a un estallido. Ya tuvimos a Sendero Luminoso y no han aprendido, pretenden continuar para siempre con el cholo barato.
El segundo elemento de su razonamiento es político. La elite pro fujimorista sostiene que Keiko dejará el poder en cinco años y que no hay peligro de gobierno cívico militar. En realidad, significa eludir la importancia del personal político que viene de los noventa.
Simplemente son muchos y están en todas partes. Desde los vicepresidentes, Rafael Rey y Jaime Yoshiyama, todos los que toman decisiones han sido figuras de los noventa. El autoritarismo les es inherente y han de repetirlo. Para cambiar tendrían que haberse autocriticado y purgado a los representantes de esa postura. Nada de esto ha ocurrido. Fue reemplazado por un piadoso pedido de perdón de Keiko, por pecados que ella no ha cometido, sino el entorno que la rodea. Es obvio que volverán a lo mismo, ya que la densidad autoritaria es elevada entre las cabezas importantes del grupo.
Estas dos virtudes de Keiko acompañarían defectos paralelos de Ollanta Humala. Su eventual gobierno nos haría retroceder al estatismo y volvería la inflación combinada con recesión. Asimismo, la elite se asusta con la idea de una dictadura que provendría de la asociación entre Humala y sus compañeros de promoción, que darían un golpe de Estado y establecerían un gobierno fascista y corporativo.
Esos temores son inflados por los medios de comunicación y racionalizados por estos intelectuales partidarios de Keiko. No quieren reparar en las declaraciones explícitas de Humala y sus técnicos. Hace tiempo que Gana Perú se ha definido por el mercado y la democracia, acompañados por una política social para reducir las brechas y traer un poco de equilibrio a este viejo país, desgastado por el racismo y la extrema desigualdad. No se escucha al otro cuando proclama sus puntos de vista. Se le ignora y se pasa a identificarlo con Hugo Chávez. Buscan la imagen que lo hunda y postulan que un gobierno de Ollanta sería transformar al Perú en una nueva Venezuela o, mejor, en otra Cuba.
La elite pensante se engaña a sí misma y confunde a los demás en defensa de ciertos intereses. Lo que importa no son las ideas, ni el razonamiento con un mínimo de consistencia, sino la actitud egoísta en defensa de la jerarquía social. Además, expresa una visión muy de corto plazo. Sin hacer concesiones que permitan proyectar su dominio en el tiempo. Por el contrario, prefiere el área chica y la máxima ventaja inmediata. Así, es difícil saber por qué la seguimos llamando elite. La respuesta la tiene un famoso papel higiénico cuya marca es precisamente “elite”. La nuestra se ha habituado a ese nuevo rol.


1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece muy bien por mvll, etos diarios le hacen mucho da,o al peru y al mundo, no tienen parcialidad. y es una pena ya no somos los peruanos de antaño que careciamos de imformes de lo que esta pasando en nuestra querida patria si no es por los diarios de turno que estan en apego a los gobiernos de turno sera x internet