lunes, 1 de febrero de 2010

¡Ay!, el etnocentrismo


Me gusta ejemplificar el "etnocentrismo" con esta imagen de Tarzán, el rey de la selva, porque me parece que evidencia la creencia en la superioridad del hombre blanco de manera casi insultante... ahí, el continente africano ha sido cuna de Lucy hace más dos millones de años -¿podemos imaginar esta cifra y lo que significa?- y los africanos lo han habitado desde siempre, pero, debe llegar un niño blanco y ya de adulto puede hablar con los animales y ejercer domino sobre ellos: da un alarido y los tiene alineados a todos en un instante.

En síntesis el etnocentrismo es el sentimiento de superioridad por el orgullo de los logros culturales o sociales. Todos tenemos tendencias etnocentristas pues implica la inclinación a preferir personas y cosas con las que nos identificamos, lo que conocemos y sentimos cercano; es nuestra tendencia, también, a ver los asuntos internacionales, lo extranjero, desde el punto de vista de nuestra propia sociedad o nación; y , desde esta síntesis, junto con lo anterior es la tendencia a desvalorizar lo diferente o dar menos valor a las personas y costumbres de otras sociedades.

Si, como anoté, todos tenemos tendencias etnocentristas, entonces, ¿cuál es el problema? bueno, uno complicado. Preferir lo cercano y conocido puede, a veces, terminar siendo racismo: la deshumanización del diferente.

El Holocausto


Usain Bolt arrasó con las medallas en pruebas de velocidad (Beijín, 2008) Jesse Owens hizo algo similar en las olimpiadas de Berlín, en 1936, delante de las narices de Hitler. Claro, éste se negó a entregárselas.

El racismo se apoya en teorías seudocientíficas de raza. Se trata del sentimiento de superioridad basado en supuestas características inherentes: se nace inteligente (y blanco/rubio) o se nace bruto (los de color de piel oscura). Asociado a esta idea de superioridad genética esta la creencia de que el diferente es naturalmente inferior o infrahumano. Fue el siglo XIX, cuando los científicos intentaron clasificar la especie humana en tipos raciales, describiendo a los negros como un tipo distinto e inferior.

Mengele y sus crueles experimentos eugenésicos con gemelos judíos

La eugenesia se asocia con el racismo, pues, desde el principio, el estudio de la herencia buscando el perfeccionamiento de las cualidades de la raza humana estaba estrechamente asociado con un sentimiento de superioridad blanca.

Francisco García Calderón, "ideólogo conservador de inicios del siglo XX, consideraba a los indios como una raza inferior y de gran pobreza intelectual”


Ceremonia de uno de los tantos Honoris Causa otorgados a Mario Vargas Llosa, "lindo" ejemplo de prejuico y etnocentrismo


Analizando el texto del discurso de Mario Vargas Llosa “Breve discurso sobre la cultura” señalaba en el post “¿Qué es cultura (III)?” que su afirmación: “para todo el mundo regia el mismo sistema de valores” lindaba con la filosofía de Pinki y Cerebro, esa obsesiva idea de ¡dominar el mundo! del personaje caricaturesco Cerebro. Expresión de una desbordante vocación totalitaria y universalista, algo así como: “yo determino lo que es importante y valioso y los que no alcanzan mi nivel son ignorantes”, es decir Cerebro-Vargas Llosa.

Cuando el escritor menciona Grecia-Roma-Renacimiento-Ilustración, es decir el pensamiento occidental, lo universaliza, lo convierte en esta afirmacon: "todo el mundo compartía LA MISMA IDEA".

No pues, tamaña egolatría de MVLL, ese sentirse el centro del mundo y el resto: ignorantes.

Los que comparten la racionalidad holística y los saberes tradicionales –la vertiente de conocimiento no occidental- ¿qué serian? ¿“salvajes, paleolíticos y primitivos”, como expresó Andrés Bedoya Ugarteche en su internacionalmente premiado artículo más racista del año 2009? (A. Bedoya U., "¡Pobrecitos chunchos! y otras torpezas”, 13 de Junio del 2009, diario Correo).

Don MVLL es hijo de su tiempo: la modernidad. Una cita de Efland creo que es útil para entender este punto: “ la idea de progreso guarda estrecha relación con la idea afín de que el avance cultural es obra de una élite artística e intelectual, una vanguardia productiva de nuevas formas sociales o estilos de vida, así como de nuevas formas de arte”. Aquí hay una idea crucial: la idea de progreso, o el desarrollo lineal de lo primitivo a lo civilizado. En realidad ya es una idea bastante extendida de que, en vista de la agenda global de problemas -entre otros temas, el calentamiento global, la agudización de la brecha ricos/pobres, desempleo, corrupción, etc.- - la noción de progreso es una ingenuidad del pasado.
Pero que esta idea sea ingenua no quiere decir que no sea peligrosa… MVLL puede opinar lo que dé la gana, lo que no es posible dejar pasar es la consecuencia final de su creencia: naturalizar la subordinación cultural.

A MVLL lo acompaña la institucionalidad artística –historia, museos, galerías de arte, prensa cultural, escuela de arte-, plenamente comprometida en la “conspiración” de naturalizar –hacerla pasa como normal- la subordinación cultural.
Contradictorio que el mencionado escritor este al frente del Museo de la Memoria, ¿con una mano hace algo y con la otra mano una cosa opuesta?...

Pero ya voy abriendo otro tema que me interesa darle su propio desarrollo: el museo –el MALI, por ejemplo-, la historia del arte –los jóvenes estudiando en el Departamento Académico de Arte de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional mayor San Marcos y, por supuesto, sus maestros(as)-, la prensa cultural y sus periodistas – ¿Quique Planas?-, la galería de arte comercial– ¿Lucía de la Puente?-, la escuela de arte –la FAPUC-, las instituciones y sus personas que las conforman están, aquí en Lima, cercanas a nosotros, y no parecen malas personas, todo lo contrario, uno puede percibir en ellas y ellos calidez. Sin embargo, al igual que el escritor comparten creencias que terminan siendo racistas en los hechos. Sobre esto, repito me extenderé en siguiente entrega.


Fosa común en Pucayacu, muertos ante la pasividad e indiferencia de la mayoria de limeños.

Para terminar recordemos que el racismo es una forma extrema de etnocentrismo...y, que ¡el racismo mata!.

La Carta Cultural Iberoamericana de Montevideo (2006) lo dice bien clarito: nos corresponde “admitir la persistencia del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia en nuestras sociedades y reafirmar la necesidad de combatirlo”.

Herbert Rodríguez

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