sábado, 15 de diciembre de 2012

“BALANCE CULTURA 2012” y el cambio de escenario (II)


“BALANCE CULTURA 2012” y el cambio de escenario (II)

Rechazar a los “cultos-ignorantes” e incidencia política hacia gobierno/empresa.

Resumen: 
 
Somos un país con rica diversidad cultural pero sin políticas culturales, ¿cómo se explica esto? Respuesta: la cultura está postergada porque tomadores de decisión del gobierno y de los empresarios desconocen la relación entre cultura y desarrollo. Se requiere que conozcan el marco teórico y normativo surgido de décadas de debate en los ámbitos internacional y regional.
 
Especialistas de la cultura indiferentes al racismo cultural, al igual que gobierno/empresa, también son ignorantes, pero, además, manifiestan arrogancia y voluntad de poder; corresponde que los rechacemos. El tema de fondo de la problemática de “cultos-ignorantes” es la formación profesional y la responsabilidad ética. Implica el impulso de la reforma de los currículos de formación de profesionales de la cultura.


Publicidad de la Marca País Perú, la diversidad cultural y la biodiversidad son nuestras fortalezas pero carecemos de políticas culturales , ¿cómo se explica esto?




PAÍS CON RICA DIVERSIDAD CULTURAL PERO SIN POLÍTICAS CULTURALES

Lo más chocante de la subvaloración de la cultura es que es en ésta área donde está la solución de importantes problemas. Las políticas culturales  idóneas serian una eficaz herramienta para generar cohesión social y desarrollo sostenible; agregando que la diversidad cultural y la biodiversidad, son nuestras fortalezas, ¿y?, extraña circunstancia en la que teniendo a la mano tan enorme potencialidad, no la aprovechemos porque “no la vemos”.

¿POR QUÉ LA CULTURA ESTÁ POSTERGADA?

Al analizar porque la cultura está postergada, puede determinarse que se debe a que tomadores de decisión del gobierno y de los empresarios, por una visión reduccionista de la cultura, desconocen la relación entre cultura y desarrollo. Su subvaloración de la cultura seria por ignorancia, no por mala fe, digamos. Si ésta es nuestra postura, lo que correspondería es hacer incidencia política, Bajo el supuesto de que gobierno/empresa manejan una idea de cultura conservadora y convencional, relacionada al conocimiento o a las Bellas Artes y el mundo de lo letrado, se trataría de actualizarlos con el marco teórico y normativo surgido de décadas de debate en los ámbitos internacional y regional.

Bien, el sentido común reduccionista de cultura de gobierno y empresariado no es nada raro, visto el lamentable estado de la educación artística en colegios, pero, ¿qué decir del Ministro de Cultura o directores de museos o centros culturales?... ¿qué decir de artistas plásticos o historiadores del arte o profesores de arte?, ¿cómo explicar su apoliticismo, su ensimismamiento, su tolerancia al estado de cosas establecido, esto es, a la marginalidad de la cultura?

EL RACISMO CULTURAL ESTÁ A LA BASE DE MÚLTIPLES PROBLEMAS.

La problemática del racismo cultural vigente hoy en el Perú, está es un dato central de la cultura postergada.

Considero de escándalo la naturalización del racismo cultural, el hecho de que unos peruanos colocándose en una posición de superioridad discriminen a otros peruanos, el hecho de que una cultura subordine a otras culturas. Ejemplo de esta forma de violencia es la exclusión de la cultura indígena de las colecciones de “arte peruano” de Museos de Arte.

Ante el hecho de que Ministro de Cultura, directores de museos o centros culturales, artistas plásticos, o historiadores del arte, profesores de arte,  sostengan prácticas que expresan racismo cultural, ¿qué diremos, asumiremos que este hecho se debe a  una idea de cultura reduccionista, conservadora y convencional, esto es, qué es un tema de ignorancia y no mala fe? La conclusión lógica de responder a esta pregunta diciendo: “sí, los protagonistas de la institucionalidad artística, al igual que gobernantes y empresarios, son ignorantes”, vendría a ser que estos personajes estarían incapacitados para dirigir instituciones o educar o... Pero, ¿son simplemente ignorantes o lo que manifiestan, además de ignorancia, es sentimiento de superioridad y voluntad de poder y control para mantener sus privilegios?

“Fundamentación para el dictamen por mayoría simple a favor del artista popular Joaquín López Antay (Premio Nacional de Cultura, 1975)”.

Pasa que por décadas se viene señalando la existencia de brechas culturales en el Perú. En 1975, el gobierno otorgó el Premio Nacional de Cultura, tradicionalmente reservado para el arte “culto”, al retablista Joaquín Lopez Antay. Este hecho suscitó en su momento, críticas impregnadas de prejuicios. Han pasado cuatro décadas y este tema aparece como el personaje del cuento “El Rey está desnudo”, el tema de la discriminación sigue ahí, delante nuestro en las salas de arte peruano, pero no lo mencionamos.
 
Como se puede leer en la “Fundamentación para el dictamen por mayoría simple a favor del artista popular Joaquín López Antay”, otorgar el Premio Nacional de Cultura a un “artesano” significó cuestionar la existencia de dos niveles: por un lado, el arte culto, prestigioso; por otro lado, el arte popular, subestimado. La fundamentación del premio dice: “El reconocimiento de las dotes creativas de nuestro hombre indígena, el estudio del arte popular, la validez que otorgamos a su formas culturales coherentes, hacen hoy día insostenibles estos niveles tradicionales”. “Hoy día” era hace 47 años, y las colecciones de “arte peruano” de museos como el MALI o el Museo de Arte de la UNMSM, entre otros, siguen sosteniendo la existencia niveles diferenciados: arte culto, prestigioso; arte popular, subestimado; esto es, la subordinación de una cultura por otra o racismo cultural.
 
El derecho a la cultura es un derecho humano universal. A partir de este Principio, desde mediados de la década del sesenta, se ha desarrollado un vasto marco teórico y normativo (1), y hoy, 2012, existen documentos como la Convención de la Diversidad (2005) y la Declaración de Friburgo (2007).
 
¿Debemos asumir que la institucionalidad del arte, esto es, los museos de arte, la historia del arte y las escuelas de arte, desconocen este marco teórico y normativo?, ¿debemos pensar que desconocen que el derecho a la identidad cultural es un derecho humano universal?, ¿debemos asumir que Directores de Museos de Arte, su equipo de profesionales –historiadores, curadores, docentes–, con escenario post caída del muro y en plena globalización y sociedad de la información, desconocen que no existen culturas superiores o inferiores o personas superiores o inferiores?

Mi conclusión es que la institucionalidad del arte sí, es ignorante, y, además, etnocentrista, pero, también, carece de de ética y de legitimidad.

Mientras en colecciones de “arte peruano” se siga apreciando los niveles diferenciados (arte culto: prestigioso; arte popular: subestimado), mientras el racismo cultural se siga desplegando impunemente y no nos manifestemos activamente contra esto, seremos corresponsables del estado de cosas establecido; y, mientras el desprecio de un sector de peruanos a otro se siga dando, mientras la institucionalidad artística siga irrespetando derechos culturales: ¿podemos hablar de confianza o de creer en el valor de las palabras?, ¡no!, rotundo no.

Cero tolerancia al racismo cultural debe ser un acuerdo y a la vez indicador de que realmente personas e instituciones del sector de la cultura desean cambiar el escenario de la cultura postergada.


(1) Página web de la OEI, nos presenta una reseña de “Documentos y encuentros Internacionales sobre Cultura y Desarrollo”.
http://www.oei.es/cultura/cultura_desarrollo.htm

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